“Alégrate y gózate de todo corazón… Han cancelado
tu condena. Ya no hay enemigos
…no temas…que no desfallezcan tus manos…Él
está en medio de ti, Se goza y se complace en ti. Te ama y se alegra con tu
júbilo” (Sofonías)
“Estad siempre alegres” (Pablo)
“Y ¿Qué hacemos nosotros? El que tenga dos
túnicas que las reparta con el que no tiene. El que tenga comida que haga lo mismo”
(Evangelio de Lucas)
El
pueblo no estaba en su mejor momento cuando Sofonías escribió estas palabras.
Los profetas denunciaban las situaciones en
las que vivía la gente, pero también anunciaban esperanzas.
Nos gustaría poder oír hoy algún mensaje
esperanzador. Escuchar que nos han
condonado deudas y ya no tenemos problemas de hipoteca, que la justicia se ha vuelto
de verdad justa (y Gallardón no se empeña en cobrárnosla por adelantado) que ya no hemos de temer o desfallecer continuamente, esperando el próximo ERE...
También
es bueno de vez en cuando escuchar que alguien
se goza y se complace en nosotros, nos ama y se alegra con nuestra alegría. Y
creer que es verdad.
¿Sólo pura utopía?
Sofonías
nos dice que a pesar de las situaciones duras y de dolor que nos vienen de
fuera, lo más importante, el único esencial: Dios, está en nosotros, en medio
de nosotros, aunque nos resulte tan difícil reconocer que aun entre sombras, el
Amor habita nuestro corazón.
Nos da
pistas el evangelio para ampliar las zonas de luz y las áreas verdes:
Compartir.
Si
tienes dos abrigos comparte uno de ellos. Si tienes comida de sobra, compártela
con otros.
Compartir
es la palabra “mágica” para inaugurar huertos ecológicos en nuestra propia
vida.
Si hay
puertas que se cierran ¡abre otras!
Que el próximo año traiga las buenas noticias que cada uno esperamos y mientras tanto compartamos lo que tengamos con quien lo necesite.
ResponderEliminarComo siempre me encantan tus reflexiones Toña.
Muchas gracias.